"Deja de ser tú", del autor Joe Dispenza, es un libro de crecimiento personal que explora cómo podemos transformar nuestras vidas al cambiar nuestra forma de pensar. El libro explica cómo nuestras creencias limitantes nos impiden alcanzar nuestros objetivos, y cómo podemos liberarnos de ellas para crear una vida más satisfactoria.
El autor ofrece herramientas prácticas para ayudar a los lectores a cambiar la manera de pensar, así como ejercicios para ayudarles a desarrollar una nueva forma de ser.
El libro también explora cómo podemos usar la meditación para conectar con nuestro yo más profundo y cómo podemos usar la visualización para crear una nueva realidad.
Al igual que la obra "El placebo eres tú", Joe Dispenza nos vuelve a deleitar con un libro donde trata sobre el tema del pensamiento por defecto y su efecto en nuestras vidas. Nos enseña cómo nuestro pensamiento inmediato afecta nuestras acciones, sentimientos y percepciones, pero también discute cómo podemos evolucionar para controlar conscientemente el curso de nuestra vida.
Esta forma de pensar se basa en la idea de que todo lo que sucede en nuestras vidas es el resultado de nuestras creencias y acciones pasadas. Lo cual significa que nuestras vidas son el resultado de nuestras decisiones anteriores, y que nuestras decisiones futuras se verán afectadas por nuestras decisiones anteriores.
Por ejemplo, durante años me vi a mí mismo como alguien que no era bueno en los deportes. Este pensamiento por defecto me limitó en muchas formas: evitaba el ejercicio, me sentía inseguro en situaciones físicas y me perdía de experiencias que podrían haber sido gratificantes.
Pero un día decidí cuestionar ese pensamiento por defecto. Me pregunté: ¿Realmente no soy bueno en los deportes, o es solo una creencia limitante que he aceptado? Comencé a desafiar esta idea, participando en actividades deportivas a pesar de mi miedo al fracaso. Con el tiempo, me di cuenta de que era capaz de mucho más de lo que pensaba.
El cambio no fue instantáneo, pero con perseverancia, pude redefinir mi identidad y liberarme de un pensamiento por defecto que me limitaba
Esto significa que, para cambiar nuestras vidas, debemos cambiar nuestras creencias y acciones. Para cambiar nuestras vidas, debemos desarrollar una nueva forma de pensar y actuar.
Otro ejemplo de cómo aplicar este aprendizaje es el de una persona que siempre se siente estresada y abrumada por su trabajo. Esta persona puede aprender a tomar consciencia de sus pensamientos y emociones, y a desarrollar nuevas habilidades para manejar el estrés. Esto significa que puede aprender a tomar decisiones basadas en el presente, en lugar de en el pasado, y a desarrollar nuevos hábitos para manejar su trabajo de forma más eficaz.
Nuestras creencias, emociones y pensamientos tienen un gran impacto en la realidad que experimentamos. Esto se debe a que nuestras creencias y emociones influyen en nuestras acciones, que a su vez influyen en los resultados que obtenemos.
El autor se centra específicamente en las cuatro áreas clave para cambiar: decisión, creencia, atención y energía. Explica lo fácil que es pasar del pensamiento miedoso al pensamiento constructivo con un poco de compromiso, práctica e intención. Nos recuerda que somos dueños de nuestros pensamientos, no importa lo intensas que puedan llegar a ser nuestras emociones.
Por ejemplo, si constantemente me digo a mí mismo que nunca seré exitoso, mi mente comenzará a creerlo y, en consecuencia, creará esa realidad. Sin embargo, si cambio ese diálogo interno a uno de éxito y confianza, mi cerebro comenzará a aceptarlo como un hecho, y mi realidad comenzará a reflejar eso. No es un cambio que ocurra de la noche a la mañana, pero con el tiempo, la práctica constante de este concepto puede resultar en un cambio significativo en nuestras vidas.
Por lo tanto, si queremos cambiar nuestra realidad, debemos cambiar nuestras creencias y emociones. Esto puede lograrse mediante la práctica de la meditación, el autoconocimiento y la visualización.
La meditación nos ayuda a conectar con nuestra mente subconsciente, lo que nos permite conocer nuestras creencias y emociones. Esto nos permite identificar aquellas creencias y emociones que nos limitan y reemplazarlas por aquellas que nos ayudan a alcanzar nuestras metas.
El autoconocimiento nos ayuda a conocer nuestras fortalezas y debilidades, lo que nos permite tomar decisiones informadas para alcanzar nuestras metas. La visualización nos ayuda a crear una imagen mental de nuestros objetivos, lo que nos ayuda a mantener la motivación y la determinación para alcanzarlos.
Este concepto nos enseña que los pensamientos y las emociones tienen un efecto profundo en nuestros sistemas físicos, desde la estructura ósea hasta la respuesta inmune del cuerpo.
En particular, el autor explica cómo el miedo y el estrés excesivo puede llevar a formas de conducta destructiva como la adicción, la ansiedad y las discapacidades somáticas, pero también nos ofrece estrategias para tomar el control conscientemente sobre nuestras mentes y cuerpos.
Por ejemplo, si constantemente siento estrés, ansiedad o miedo, mi cuerpo responderá liberando hormonas del estrés que pueden tener efectos perjudiciales a largo plazo. Sin embargo, si puedo aprender a controlar y cambiar estos pensamientos negativos, puedo reducir la cantidad de hormonas del estrés que se liberan y promover una mejor salud y bienestar.
Uno de los principales aprendizajes es que podemos usar herramientas prácticas como la visualización creativa o el análisis racional para liberarnos de los patrones limitantes que impone nuestro pensamiento por defecto. Esto nos permite avanzar hacia un estado mental más saludable, equilibrado y relajado donde seremos capaces de influir directamente en la forma en que nos sentimos físicamente.
En una de las secciones más reveladoras y transformadoras de la obra, se nos invita a la práctica de la meditación como una herramienta poderosa para cambiar nuestra forma de sentir. Se sugiere que, a través de la atención consciente y enfocada, podemos reconstruir nuestras emociones y sentimientos, creando una realidad más positiva y saludable.
El acto de meditar permite un encuentro con nuestro yo interno, una introspección que nos conecta con nuestras emociones más profundas. Al tomar el control consciente de nuestros sentimientos, podemos reconfigurarlos para generar un cambio positivo en nuestras vidas. Esta práctica nos desafía a movernos más allá de nuestras limitaciones percibidas y a explorar las posibilidades infinitas de nuestro ser.
Para ilustrar cómo aplicar este concepto, permítanme compartir una experiencia personal. Me encontraba en un punto en mi vida en el que la ansiedad y el estrés se habían vuelto abrumadores. Empecé a meditar cada mañana, prestando atención a mis sentimientos y emociones, permitiéndome sentirlos completamente. Con el tiempo, comencé a notar un cambio en mi perspectiva. Mis emociones negativas empezaron a disminuir, y en su lugar, empecé a sentir una calma y una paz que nunca antes había experimentado.
Este cambio no sólo mejoró mi salud mental, sino también mi salud física y mis relaciones interpersonales. A través de la meditación, pude cambiar mi forma de sentir y transformar mi vida. Esta herramienta es un regalo que todos podemos usar para mejorar nuestra existencia y vivir una vida más plena y satisfactoria.
El autor explica que para ser liberados de los patrones limitantes, debemos establecer intenciones claras y no limitarnos a permitir que el pensamiento inconsciente guíe nuestras decisiones.
Debemos acceder a la inteligencia superior del cerebro superior e implementar medidas para alcanzar nuestros objetivos.
El autor explica que cuanto más conectado estemos con la presencia magnética en el presente, mejores serán las oportunidades de cambio para crear nuestro futuro deseado.
Debemos tener la determinación de seguir adelante y no permitir que nada ni nadie nos detenga. Además, demos tener la disciplina de meditar a diario a pesar de los desafíos que se nos presenten.
Para generar cambios positivos en nuestras vidas, también es clave mantener la paciencia para esperar el resultado de nuestros esfuerzos y no desesperarse si no obtenemos los resultados deseados de inmediato.
Por ejemplo, hace un año decidí que quería cambiar mi actitud hacia el ejercicio físico. Siempre lo había visto como una tarea, algo que tenía que hacer, pero no disfrutaba. Realicé una introspección profunda y me di cuenta de que mi resistencia se debía a mi percepción del ejercicio como una obligación y no como una actividad que pudiera disfrutar.
Decidí cambiar esa mentalidad. Comencé a buscar formas de hacer ejercicio que realmente disfrutara y a adoptar una actitud más positiva. Con el tiempo, esta nueva mentalidad se convirtió en un hábito y descubrí que realmente disfrutaba del ejercicio. Ahora, no sólo hago ejercicio regularmente, sino que lo busco y lo disfruto.
Esta transformación no sólo mejoró mi salud física, sino también mi bienestar emocional. Aprendí que podía cambiar mi actitud y mi comportamiento, y que esos cambios podían tener un impacto positivo en mi vida. Este es un claro ejemplo de cómo podemos transformar nuestras vidas y abrazar nuestro destino.
